En Colombia comienza el consumo de pasta de coca o bazuco a partir de los años 70. El bazuco tuvo una gran aceptación entre los consumidores, que logró desplazar el uso de drogas como los tranquilizantes, inhalantes, mandrax entre otras, y se presentó en todas las capas sociales.
Esta sustancia era llevada a Colombia en
forma de pasta básica, y en vista de rentabilidad empezó a cultivarse. Por
causa de los altos costos que implica el consumo de cocaína pura, se generó la
producción de “BASE DE COCAÍNA”, pasta de coca, sulfato de cocaína o BASUCO,
como generalmente se conoce en los medios de comunicación. Esta modificación en
la producción y mercadeo, hizo posible la invasión de este terrible flagelo a
capas sociales menos favorecidas económicamente, puesto que la impureza del
producto y las sustancias agregadas, permiten un costo menor. Con frecuencia,
esta droga se inicia con el consumo combinado de otras sustancias como el
cigarrillo, marihuana más cocaína, para concluir el consumo de Bazuco.
Recordemos que de todas las sustancias psicoactivas
disponibles en el mercado nacional la más adictiva es sin lugar a dudas el
BASUCO.
•Euforia: disminución de las inhibiciones,
sensación de bienestar, de poder, aceleración del ritmo cardiaco y latidos más
fuertes.
•Disforia: comienzo de sentimiento de
angustia, depresión e inseguridad, necesidad imperiosa de volver a fumar para
evitar esa caída tan abrupta que siente el consumidor.
•Adicción: consumo sin interrupciones,
buscando mitigar la sensación de disforia o deseando la sensación de euforia
previa.
•Etapa de psicosis y alucinaciones (en
consumidores compulsivos y que ya lleven mucho tiempo consumiéndola o en
personas con tendencias genéticas a sufrir desequilibrios mentales suele
desencadenar los mismos a muy corto plazo): surge la pérdida de contacto con la
realidad, agitación, paranoias, agresividad y alucinaciones que pueden durar
semanas (siempre y cuando no se deje de consumir). Durante
la euforia, pueden manifestarse diversos efectos según la persona, puede
parecer atontada, se queda sin hablar y se le abren los ojos más de lo normal,
se le dilatan las pupilas, puede manifestar una verborragia desmedida y más
aceleración que la cocaína, en muchos individuos esa sensación de poder los
torna agresivos y les quita la capacidad de razonar, rebajándose muchas veces
al nivel de un animal. Luego de esta euforia pasajera todo lo demás es disforia
y adicción o como se dice popularmente "fisura" o estar
"doblado", "quebrado", la persona se vuelve seria y su
único interés es seguir fumando a cualquier costo, de ahí viene el altísimo
nivel de robos y asesinatos con tal de conseguir su dosis, que nunca es suficiente
para el que la consume.recordemos que de los 2,4 millones de personas en condiciones vulnerables, 1.8 millones son hombres y 0.6 millones son mujeres. Es decir que de cada 4 personas con consumo por consumo problemático, 3 son hombres y 1 es mujer. Por otra parte esta condición afecta a casi un 20% de la población entre 18 y 24 años, lo que equivale a 670 mil jóvenes en ese grupo de edad. En términos de estratos socioeconómicos, los porcentajes respecto de la población total son bastante similares. Sin embargo, cuando se considera solo a los consumidores del ultimo mes, se tiene que el estrato 1 es el que presenta mayor porcentaje de consumo problemático con un 44%, cifra que se reduce a un 20% en los estratos 5 y 6, datos que arrojo el estudio nacional sobre drogas colombianas.
el basuco, un 1,1% de la población global
declaró haber usado esta droga al menos una vez en la vida, cifra quese reduce
a menos de un 0,2% cuando se evalúa el uso reciente o en los
últimos 12 meses. Esta cifra equivale a
cerca de 34 mil personas. La mayoría de ellas (29 mil) son hombres de 25 a 34
años (11 mil) y muy concentrado en
los estratos 1 a 3.
De
estas 34 mil personas, casi un 78% califican para “abuso” y “dependientes”, es
decir algo más de 26 mil personas. De esta forma esta droga es la que presenta,
proporcionalmente hablando, la mayor tasa de
abusadores y dependientes. La gran mayoría
de estas personas son hombres, 24 mil, lo que representa una tasa de abuso o
dependencia de cerca de 83% entre los consumidores.
Por
otra parte, un 0,9% de la población declaró haber consumido éxtasis alguna vez
en la vida. Esta cifra baja a un 0,3% en relación con la declaración del uso de
esta droga en el último año, lo que representa a unas 55 mil personas en el
país. Mayoritariamente estas personas son hombres
(38 mil), jóvenes entre 18 y 24 años (31
mil) y de los estratos 4, 5 y 6 (21
mil). La percepción de riesgo respecto del
uso de éxtasis es bastante grande llegando a 83% de la población percibiendo un
gran riesgo al frente al “consumo una o dos veces”, cifra que llega a casi el
90% cuando se trata del “consumo tres o más veces al mes”, no habiendo
diferencias por sexo. Sin
Embargo, la percepción de riesgo es menor en los
más jóvenes y en el estrato 1.
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